"Sólo se volverá clara tu visión cuando puedas mirar en tu propio corazón, porque quien mira hacia afuera sueña y quien mira hacia adentro, despierta" C. G. Jung
Vivir en plenitud es posible cuando elegimos transitar "caminos con corazón".


Semillas para la Vida - Embajada de Paz - Distinción otorgada por Mil MIlenios de Paz y Fundación Paz, Ecología y Arte

lunes, 30 de octubre de 2023

Ser Conscientemente Responsables

La responsabilidad es una cualidad completamente voluntaria, basada en el libre albedrío; es la habilidad de responder, de poner atención y cuidado en los pensamientos, las acciones y las decisiones. Somos responsables cuando respondemos por nuestros actos, nuestras palabras y por las decisiones que tomamos.

En la convivencia cotidiana la responsabilidad es un valor ineludible, un elemento básico para sustentar la armonía y el balance saludable en todos los ámbitos de convivencia (familia, amigos, sociedad, espacios profesionales e institucionales).

La responsabilidad revela nuestro nivel ético; ser conscientemente responsable es un acto voluntario que implica respeto y transparencia de nuestros actos a la vez que revela nuestro cuidado, respeto y amorosidad hacia los demás seres.

Se vincula también con nuestra disponibilidad para asistir a otras personas. Esto nos lleva a la responsabilidad social. La “responsabilidad social” posiblemente es uno de los valores reconocidos en los grupos comunitarios desde los orígenes de la humanidad, resguardado, tal vez, por las normas de convivencia y luego por las leyes escritas.

Somos socialmente responsables de un modo personal; esto surge cuando reconocemos nuestro poder para influir sobre los demás con nuestros pensamientos, acciones y decisiones y el compromiso de no manipular las acciones y decisiones de los demás con un beneficio exclusivamente propio. Lo importante es sostener nuestra conducta ética en cualquiera de los ámbitos de convivencia, trascendiendo lo normativo y lo legal.

Nuestra responsabilidad social individual es nuestra conducta ética como miembros de la sociedad en la cual vivimos, para con nosotros mismos y con todo nuestro entorno. Va mucho más allá de las obligaciones legales; está vinculada con nuestras actitudes en el hogar, con nosotros mismos, con nuestras familias, amigos, ambiente, espacios laborales.

 

* Responsabilidad Afectiva

La responsabilidad afectiva se vincula con nuestro modo de actuar en las relaciones interpersonales. Es una conducta, un comportamiento que manifestamos dentro de nuestros grupos de convivencia (familia, amigos, ámbito profesional) que afecta nuestro modo de vincularnos.

Nuestra responsabilidad afectiva tiene tres pilares básicos que necesitamos tener en cuenta:

* Ser conscientes de nuestras conductas y de sus consecuencias en los demás

* Comunicar claramente nuestros sentimientos y pensamientos, expresar lo que queremos y necesitamos con absoluta claridad para evitar malas interpretaciones que malogren nuestros vínculos (recordemos las pautas del “meta modelo del lenguaje” para ayudarnos a transmitir con claridad nuestros mensajes)

* Poder poner límites con amorosidad y cuidado, para lo cual necesitamos vernos y sentirnos a nosotros mismos con absoluta claridad; es decir, tener bien claro lo que sentimos, lo que queremos y actuar coherentemente en relación con nuestros sentimientos y anhelos.

Para todo esto, necesitamos transformar las pequeñas “irresponsabilidades afectiva” que son comunes en lo cotidiano. Un ejemplo común es suponer que quien nos ama sabe lo que necesitamos o queremos; es basarnos en supuestos en lugar de aclarar y actuar en base a esa percepción.

La “irresponsabilidad afectiva” se manifiesta generalmente por inhabilidad o desconocimiento; pero también puede estar vinculada la intencionalidad, lo cual aumenta su gravedad en relación con los vínculos saludables.

Para actuar con “responsabilidad afectiva” necesitamos calibrar nuestra comunicación todo el tiempo; dejar de actuar guiados por supuestos y preguntar lo que necesitemos tener claro acerca de lo que la otra persona quiere, necesita o espera de nosotros; del mismo modo, buscar la claridad cuando expresemos lo que queremos, necesitamos y lo que esperamos de la persona con quien estamos interactuando.

Es importante cuidar la salud de nuestros vínculos; cultivar vínculos saludables es tener claro con quienes sostenerlos, de quién alejarnos, aprender a poner límites amorosamente; es aprender a expresar nuestros sentimientos y deseos con absoluta claridad y libremente, con cuidado y responsabilidad. Las palabras que elegimos usar en nuestra comunicación tienen que ser fiel reflejo de lo que sentimos, pensamos y actuamos y a la vez, respetuosas y cuidadosas.