Algunas experiencias de vida quedan grabadas en el corazón
CARTA ABIERTA A MIS
ALUMNAS DE 5 AÑO “A”- Promoción 1999
Queridas alumnas:
Es imposible para mí,
esperar un poco más para hablarles. Siento que es ahora, el momento de hacerlo
y no existen motivos para detener este impulso.
Falta apenas un puñado
de días para que llegue el ansiado momento de recibir sus diplomas de egresadas
’99. Y tan sólo eso, para que inicien un nuevo ciclo de vida.
Las miro…las escucho…
siento…y viene hacia mí la memoria de mis días de egresada, cuando ¡al fin
llegaba a la meta de “maestra normal” !!!
Y les cuento, que hay
cosas que ni el tiempo ni las generaciones alteran o modifican. Podrán cambiar
los códigos comunes, el lenguaje compartido por los jóvenes… pero los
sentimientos profundos, aquéllos que nos dan fuerzas para enfrentar lo nuevo…
ésos, perdurarán más allá de los tiempos.
Muchas veces, mientras
transitábamos juntas una parte del camino, me he preguntado cuál sería mi
verdadera función con ustedes…
De algún modo, presentía
que había algo más que pararme frente al curso y hablar de historia, o
sociología… Sí!, porque sé que todos nos “cruzamos” en la vida, con algún
propósito, que por alguna razón más allá de nosotras mismas, no podemos eludir.
Es la primera vez, que
en mis 7 años de docencia en esta escuela, me toca acompañar a los alumnos
hasta la “puerta de salida”. Como si estuviera allí, frente a un portal ancho
abierto de par en par, y viéndolos, uno a uno, salir en busca de nuevos
caminos.
¡Tantas veces di la
bienvenida a los primeros años! Y ahora, junto a ustedes, viéndolas partir…
De algún modo siento que
yo también cierro un ciclo y les digo ¡hasta nuestro próximo encuentro!
Ustedes, las alumnas; yo, “la profe” –así se supone que sea! Pero, a lo largo
de estos años, compartimos senderos donde ustedes como yo, aprendimos a
encontrarnos con nosotras mismas. También yo fui alumna y ustedes me
“enseñaron”. Porque la docencia, es un ir y venir de experiencias mutuas, en
las que vamos alternando nuestros roles, más allá de “lo que se dice
habitualmente”.
Cada vez que me veía a
mí misma “perder los estribos”, me preguntaba íntimamente, qué era lo que tenía
que aprender de esa circunstancia (porque todo ocurre por alguna razón…”nada es
azar”).
Sé que Dios pone a
nuestro alcance todos los recursos necesarios para superarnos y “crecer”. Por
eso, procuré mantenerme “atenta” en el devenir de las clases, para comprender
“mis lecciones”.
Queridas chicas:
¡Gracias! por haberme
mostrado el sentido de mi camino.
¡Gracias! porque a
través de sus actitudes, acciones y palabras, me permitieron “ver” lo que
necesitaba “ver” para “aprender”.
¡Gracias! por permitirme
compartir con ustedes parte del Camino.
Cuando mis fuerzas
flaquearon alguna vez, las traía a mi tiempo y espacio de reflexión; de ese
modo, rescataba el sentido de mi labor y la energía necesaria para continuar,
volvía a mí…
Estoy segura que más de
una vez se habrán dicho: “esto no tiene sentido” o “esto no sirve para nada” o
“¿qué tiene que ver con mi vida esto que dice?”…
Pero puedo decirles
también, que cuando recorran los senderos que elijan seguir, verán, que en
algunos recodos buscarán “respuestas”… y ahí, por esas cosas que tiene la Vida,
sacarán del arcón de los recuerdos aquellas palabras, imágenes, situaciones,
que alguna vez creyeron estériles, inútiles y sin sentido… Y como “por arte de
magia”, comprenderán –entonces- que todo lo que vamos recibiendo a los largo de
nuestro viaje por la Vida, absolutamente todo, tiene un SENTIDO, una RAZÓN DE
SER.
Queridas alumnas y
compañeras de esta parte del camino:
Tienen en sus manos algo
precioso y sagrado; algo que deben Amar y Cuidar; algo de lo que son únicas
responsables: sus propias Vidas.
Sean fieles intérpretes
de la voz Divina a lo largo del camino que elijan seguir. Déjense guiar por ÉL
y que absolutamente nada ni nadie se interponga entre ÉL y ustedes. Es así que
podrán orientar sus propios pasos para cumplir sus propios destinos.
La Vida irá poniendo
ante ustedes, todo tipo de experiencias agradables unas y desagradables, otras…
No se dejen vencer por las dificultades y sepan encontrar la “oportunidad de aprender” en cada
circunstancia, aún en aquéllas que más les molesten o duelan.
Recuerden que la Vida es
LA ESCUELA; la más importante a la que asistimos desde que nacemos hasta que
“partimos”. Es aquélla que nos exige “asistencia perfecta” y en la que, más de
una vez, nos tocará dar “recuperatorios” para poder continuar.
Recuerden también, que
el Amor hace todo más fácil…
Amen, sin esperar
devolución, sin diferencias ni discriminaciones…
Amen todo lo que hagan y
lo que son, más allá de lo agradable o desagradable…
El Amor ES…más allá de
las personas…
El Amor inunda toda la
Creación y ha de ser el fiel compañero de nuestras acciones; de las palabras
que elijamos decirnos y decir a otros… el que nos ayude a rescatar –aún de las
experiencias ingratas- esa chispa de luz y de sabiduría, que necesitamos para
seguir, para Crecer y para Comprender…
El Amor es también la
VERDAD; sean sinceras con ustedes mismas y con los demás.
Cuando comencé a
escribirles, creí que sería una carta para acompañarlas en la “salida del 5°
año”… y resultó ser algo así como “confidencias del alma” y “consejos de Vieja
Vizcacha”!!! (según dice el Martín
Fierro)
Por eso, puedo contarles
por ejemplo:
Que amo “enseñar-aprender”
Que por eso elegí “dar
clases” poniéndome “frente y junto a los
alumnos”
Que cuando las cosas no
salen como quiero o como me gustan, antes de “renunciar”, busco COMPRENDER
Que -a veces- me resultó
difícil dar alguna clase, porque me faltaba inspiración, o no permitía que
apareciera
Que las motivaciones de todo lo que hacemos están
“adentro” de cada uno de nosotros (y no afuera)
Que cuando estuve atenta
para escuchar “la voz de mi alma”, pude darles lo mejor de mí, en el momento
justo y del modo correcto.
Una vez más, ¡GRACIAS! queridas chicas por
permitirme expresarme en libertad; porque más allá de nuestras coincidencias o
diferencias; de nuestros encuentros o desencuentros, siempre sentí la
posibilidad de ser también, aquella persona capaz de brindar cosas que podrían
serles útiles algún día… quizás…
Cuídense mucho; sean
prudentes, sigan sus sueños y transiten caminos “con corazón”…sean felices!
Las llevo en mi corazón.
Hasta siempre!
Qué la Luz Divina SEA
en ustedes!
Bs.As. 29-9-1999 Mónica (la “profe” de historia y sociología)
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